Kilómetros

Kilómetros


Voy seco de gasolina, llevo así ya un buen rato. No creo que dure mucho más el escaso depósito de cuarenta y cinco litros. Hay niebla espesa y son las doce de la noche. La niebla es tal, que no puedo ver más de dos ojos de gato por delante de mí, y los faros de mi coche de casi veinte años no ayudan demasiado.
Sigo un poco más, ascendiendo hasta la cima del puerto. La aguja cada vez más triste, ¿será cosa del aforador? Nada, aquí arriba no hay ni Dios, me digo a mi mismo. Comienzo el descenso. Milagro, estación de servicio. Me meto, y cuando ya estoy dentro me doy cuenta de que es gasolina "nisu", en fin, que más da. Me acerco a la pequeña caseta y aunque hay luz, está vacía. Cojonudo. Pruebo suerte cogiendo la manguera verde y nada, lógicamente no funciona. La dejo conectada y echo un vistazo más amplio. Cinco minutos. Eso fue lo que tardó en llegar el dependiente. Tiene un acento extraño, no se si decir portugués o que le faltaban unas hornadas. Consigo mi "lleno" de 95 y me largo. Llevo dieciséis horas en la carretera y ya necesito descansar, menos mal que ya quedaba una hasta mi cama.

No es un cuento de terror, ni de aventuras, ni misterio. Es real. Voy a ir tratando de narrar mis viajes por carretera en solitario con el simple propósito de entretenerme y entretenernos. El otro día contándole a una amiga mi viaje a los Pirineos salió el teme del viajar solo, de la aventura, de buscarse las castañas uno mismo. Se siente atraída por la idea, ella dice que es "bohemio". Yo no se si llamarlo así, yo solo se que los viajes en carretera te aportan un conocimiento sobre el terreno que sólo andando se puede superar. He recorrido muchos kilómetros en compañía de mi novia, pero últimamente que ella está más liada con sus estudios y si coincide días libres en mi curro...pues engancho el Miata en solitario y ¡a volar!

Cap. 1

Son las siete de la mañana de un tranquilo miércoles, normalmente laborable para mí, y suena el despertador, me levanto con energía, desayuno, me visto, lleno una mochila vieja de agua, mapas, un bocata, una empanada y una navaja.
Abro el garaje. Hace frío y todavía no ha terminado de amanecer, pero no llueve. Como la primera parte del viaje será la aburrida autovía, peco de comodón y dejo la capota puesta. Miro niveles. Todo Ok. Arranco y me voy directo para la gasolinera de mi barrio, a surtirme del preciado líquido. Pongo dirección norte. Hay tráfico lento hasta que encaro la sierra de Madrid. A partir de aquí sólo se ven camiones y muy pocos turismos. Da gusto conducir sin coches que estorben en el carril del medio. Hasta luego Madrid.
Paso Burgos. Veo un cartel con el escudo de Castilla y León que pone "Burgos, cabeza de Castilla y tierra del Cid". Me gusta, asiento con la cabeza y continúo. Me adentro en la provincia de Palencia, en la que duro poco por autovía, y como la cabra tira pal monte, pues me meto por una secundaria dirección Cervera de Pisuerga. Gran acierto, está decisión marca el viaje, para mejor por supuesto.
Parece que el día se despierta, hace solecito e ir con la capota es un sacrilegio y de los gordos. Me aparto en un camino de tierra que da a una especie de granero. Zás, vaya que si lo era, según estoy bajando la lona llega un tractor. El "piloto" me hace señas para que no me preocupase, que tenía hueco y que pasaba de sobra. Obedezco mientras me enfundaba en mi chupa de cuero. El hombre se baja del tractor y con una sonrisa me dice -¡te lo cambio!. Le gusta, se queda un rato pillado mirando el coche mientras me dice que le encanta. Yo le digo que su tractor Fiat tampoco está mal, a lo que me responde que el suyo es para trabajar y el mio para disfrutar. Sabia gente la del campo.
Charlamos. me pregunta de donde soy, qué hago por allí y tal. Me cuenta que ahora es época de siembra y me enseña su remolque con trigo y abono químico, que era la primera vez que un tio de los Madriles como yo veía esa especie de carbón como abono. En fin, gente maja la de pueblo. Nos despedimos, me enfundo también los guantes, arranco y me voy.



PD: Se que no es mi blog, ni pretendo que lo leais ya que se que es un ladrillo, pero ahí lo dejo para saturar un poco el foro jajaj. Un saludo. Según la aceptación seguiré escribiendo.

Guau, Manu, en un primer momento he pensado contestarte :"esto no me lo leo ni con tus hogos" o "I didn´t read LOL"

pero realmente me gusta lo que he leido. Estoy 100% de acuerdo en que viajar solo te enriquece, yo también tengo algo de experiencia en este tipo de viajes, tanto en plan laboral como de ocio. Para mi, mis mejores vacaciones fueron 10 dias en Teruel en plan "forever alone".

Igual me animo algún día y te trolleo el hilo con mis experiencias.

Un abrazo y sigue escribiendo así, que me gusta.

pepegema escribió:Guau, Manu, en un primer momento he pensado contestarte :"esto no me lo leo ni con tus hogos" o "I didn´t read LOL"

pero realmente me gusta lo que he leido. Estoy 100% de acuerdo en que viajar solo te enriquece, yo también tengo algo de experiencia en este tipo de viajes, tanto en plan laboral como de ocio. Para mi, mis mejores vacaciones fueron 10 dias en Teruel en plan "forever alone".

Igual me animo algún día y te trolleo el hilo con mis experiencias.

Un abrazo y sigue escribiendo así, que me gusta.

Al revés, no es trollear, os animo a que escribáis xD

No tengo idea de lo que significa gasolina "nisu", puedes explicármelo.
Saludos.

antoni.g escribió:No tengo idea de lo que significa gasolina "nisu", puedes explicármelo.
Saludos.

Nisu, acrónimo de "ni su madre lo conoce"

Gracias....
Saludos.

Joder Manu, segun he empezado a leer..... niebla- sin gasolina-nadie- un puerto-..... zass la chica rubia (desorientada) con una maleta pequeña haciendo auto stop detras de la curva.......Empezabas bien para una gran novela. Me gustan los relatos cortos.

Pues habrá un capítulo con un autoestopista. Pero no era una rubia

Buenaaaaas!

doblem18 escribió:Pues habrá un capítulo con un autoestopista. Pero no era una rubia

Yo en tus tendencias sexuales no me meto.

NiSu lo entiendo como abreviatura de Nisupu.
Ni su p madre lo conoce
Yo creo que se refiere a submarcas, artículos de todo a cien o de tiendas de chinos, productos genéricos, etc, o sea, cosas de producción o distribución económicas, lo que no quiere decir que sean necesariamente peor que las cosas de marca cara.
No sé si será eso el significado de Nisu.

Y estoy con Doblem en que la zona de Cervera es para perderse un par de días. Son pueblecitos preciosos los que hay por allí rodeados de praderas y montañas. Sumamente recomendable ese turismo rústico. Tanto en buen tiempo como en invierno. La nieve y la niebla lo hacen mas bonito si cabe.

CAPÍTULO 2

Tengo hambre. Casi escucho a mi estómago a pesar de ir sin capota a ochenta por hora. Es normal, es mediodía y ya están muy abajo los crispis de chocolate que engullí en casa. La idea de la parada anterior incluía el almuerzo y un vaciado de vejiga, pero al encontrarme al tractorista me dio cosa mearle en su granero, no es que sea de muy buena educación. Así que como digo, unos kilómetros más, escucho al estómago y paro. Me aseguro que no hay graneros ni tractores y me pongo a mis tareas. Saco la empanada y le pego un tajo con la navaja que la dejo tiritando. También me da por sacar el móvil y ver el "whatsapp". Mi novia me había escrito preguntándome dónde estaba. Al cabo de un par de minutos : tirorí:-estás loco. Bueno, puede ser, pienso para mi.



Me detengo en un semáforo curioso, regulaba el paso de un puente estrecho que cruzaba un pantano seco. La anchura de calzada dudo que fuese más de tres metros. Mientras espero, miro la aguja de la gasolina...un cuarto de depósito, va bien la cosa. Desde Madrid sin repostar, y todavía no he dado de comer al roadster.
Me pongo a pensar en el pueblo que acabo de pasar: Cervera, bonito él, animado, había bastante gente, una gasolinera de marca blanca y alguna patrulla del Seprona. Hay dos indicaciones de esas de color marrón que sugieren cosas interesantes: una, la ruta de los pantanos; otra, el puerto de Piedrasluengas. Mi rumbo es norte así que los pantanos quedarán para otra ocasión.

Luz verde: engrano la primera y acelero. Encaro el estrecho puente dirección al puerto escuchando el sonido del escape retumbando en los muros. Cuanto más estrecho es el tramo, túnel o calle más disfruto con el sonido. En el fondo soy un crío...

Voy deslizándome por las suaves carreteras, más reviradas cada vez, el Miata empieza a meterse en su hábitat: la montaña. Me adentro en lo que llaman La Pernía, es una zona de Palencia que pertenece al "Parque Natural de Fuentes Carrionas y Fuente Cobre-Montaña Palentina". Sí, lo se, es un nombre demasiado largo, lo he tenido que buscar en el mapa al escribir esto. Es una zona cojonuda para perderse, ya sea a pie o con ruedas, una moto por aquí tampoco se desenvolvería mal. Paso cerca del nacimiento del Pisuerga. Veo las cumbre nevadas al fondo, el paisaje empieza a cambiar.

Me acerco al puerto, comienza la subida, voy ganando altitud a base de divertidas curvas. Ando con cuidado, aflojo en las zonas de sombra: un nuevo enemigo, las placas de hielo. Doy una curva más y me encuentro la calzada nevada. Se van alternando las luces y sombras y el asfalto y la nieve. Me acompañan las vacas, que me obligan a hacer un pequeño slalom. No se quitan, ni se inmutan. Me paro frente a un par de ellas. Las miro, me miran, meto primera. Unos segundos de indecisión como cuando te cruzas a alguien en una acera estrecha. Al final las esquivo haciendo un zig zag.
Me lo paso bien, me divierto, se me acelera el corazón y casi hasta puedo notar eso que dicen adrenalina fluir en mis venas. No puedo evitar esbozar una sonrisilla nerviosa cuando se me intenta ir el culo del coche. Aún así es un coche noble, bien equilibrado, hay que liarla bastante si quieres cruzarlo.



Veo el cartel: Puerto de Piedrasluengas: mil trescientos y pico metros creo recordar. Estoy arriba. Paro el coche en un pequeño parquin y me acerco al mirador. -¡Buenos días! Me dice un viejecillo. Me recuerda a Paco Martinez Soria, campechano champechano oiga. Hablamos casi un cuarto de hora. Dice que en invierno aquí no viene ni Dios, que él se va a vivir a Potes. Que sólo viene a Piedrasluengas los meses menos extremos. Es agradable y me echo unas risas cuando me dice que "allí en Madrid tienen que sobrar las mozas, pero que aquí pocas hay".
En fin, sigo mi camino de slaloms de vacas y esquive de placas. Me dirijo a Potes, a ver si me encuentro con un surtidor verde, que con tanta curva y tanta historia la aguja ha bajado bastante.

Manu, tu si que eres un crack! Ya lo demostraste con la salida por la Alcarria (No te imaginas que regalo me has hecho enseñandome esa rutita al lado de casa ) Y ahora te lo vuelvo a confirmar con tus "relatos cortos" La unica pega que encuentro aqui es que se me ponen los dientes largos y me entra el mono de perderme con el miata cuando lo leo

Yo tengo foto desde ese mismo sitio...
Enhorabuena por tu prosa.

recoleto escribió:Yo tengo foto desde ese mismo sitio...
Enhorabuena por tu prosa.

es bueno escribiendo este "chavalín" Pepe.

Como siga así lo tendremos que traspasar al foro literario de "el arte de conducir bajo la lluvia".

Alfonso quita las comillas a "chavalín" porque lo sigo siendo con todas las letras jaja . Con estas historietas que escribo no pretendo nada, simplemente eso, escribir unas pocas líneas con las cosas que me pasan o me han ido pasando. Historias sin moraleja, sin mensaje y sin propósito, bueno sí, el de entretener si acaso. Es la primera vez en casi cinco años que me lio a redactar algo, así que os invito a que hagáis críticas constructivas, que veo por aquí que escribís bastante bien en general. Por lo demás, nada, a disfrutar, a los del centro os veo mañana

CAPÍTULO 3

Me detengo a llenar el depósito en un pequeño surtidor con una caseta, único surtidor del que salía mi preciada "noventa y cinco". En el caso de haber querido gasóleo para mi tractor hubiese tenido que ir a la otra punta del pueblo. Así es Potes, curioso cuanto menos.
En fin, con mi aguja de nuevo en "F" engancho la N-621 hacia el norte, hasta que me adentro en un desfiladero: unas paredes increíblemente altas, una carretera revirada y estrecha de narices. Entonces por fin veo el cartelito marrón de costumbre, esta vez pone: Desfiladero de La Hermida.
Siguiendo el curso del rio vamos avanzando el sapillo y yo hasta que decido parar en un apartadero, toca lo de siempre; unas fotos y un cambio de agua, en el que, de nuevo la casualidad hace que me vean unos pocos coches. Manda narices que voy solo todo el camino, y en mi momento de intimidad pasa hasta el Patrol de los guardias...



Continúo pasando por el pueblo de La Hermida, que está encajado en el cañón, viendo el Balneario del que luego leí que es bastante famoso. Casi acto seguido por fin veo el cartel que iba buscando: Principado de Asturias. Cojonudo, ya queda poco para el destino que me había propuesto. Cambio de rumbo: dirección oeste.

Unos pocos kilómetros más y en Arenas de Cabrales encuentro el desvío hacia el pueblo más alto de Asturias, Sotres. La subida es acojonante, no puedo describirlo con otras palabras, creo que es de las mejores carreteras que conozco. Se suceden las curvas, los túneles-cueva, las vacas y los bosques, para ir dejando paso a las montañas peladas de sólo roca y nieve. Y para que pedir más, el asfalto de nuevo era perfecto.
Después de un rato largo de subida llego al dichoso Sotres, que en contrapunto con todo lo anterior, me decepcionó bastante, me esperaba otra cosa, el típico pueblo de montaña y esas cosas, pero no me encontré más que un bar y unos edificios modernos que nada pegaban con el entorno.

En fin, después de buscar el cielo asturiano comienzo la bajada por la misma carretera, pero ya va siendo hora de comer, así que en un ramal abandonado de la carretera me detengo a sacar mis viandas, adiós empanada y adiós bocadillo de tortilla con chorizo. Lo engullo en poquísimo tiempo, ya que tengo ganas de seguir, visto y no visto, arranco y para abajo.

Arenas de Cabrales, venir aquí y no comprar un queso puede ser delito según la madre de mi novia, así que no me queda otra que cumplir. Paro en una tienda que vendía de todo, era como una ferretería pero también tenía productos típicos, era la única abierta a las tres de la tarde.
Al salir del pueblo me paro en una explanada que indicaba un mirador hacia el Naranjo de Bulnes, el pico emblemático de Asturias. No puedo evitar la tentación de hacerme una autofoto cual niña de quince años, trípode al suelo y temporizador, ¡ale, a seguir!



Monto en el "roady" otra vez para seguir hacia el oeste, dirección Covadonga, que era realmente donde quería llegar, había estado allí cuando era crío y me encantó. La Basílica, la Santa Cueva, la estatua de Don Pelayo, los lagos...todo era como lo recordaba, increíble.

Por fin había llegado, son las cuatro y pico de la tarde, no me quedan muchas horas de luz, por lo que decido primero subir a los lagos por la angosta carretera de doce kilómetros, menuda subidita, ¡si es mejor que la de Sotres! Joder esto me gusta, menuda sensación de libertad, de nuevo esa sensación de placer...¿que coño tendrá esto, el viajar, el moverse, el "echar unas curvas"? No lo se pero me gusta, y demasiado.

Llego arriba y veo los lagos de origen glaciar, hay vacas por todas partes y no hay apenas gente, está empezando a irse el sol. Menudo sitio.
Más fotos, aquí me harto a hacerlas, paro a cada metro para repetir la rutina de colocar el coche, sacar cámara, quitarse los guantes, hacer foto, ponerse los guantes y subirse de nuevo al coche.
Me encuentro con un rebaño de cabras en medio de la carretera, casi puedo tocarlas...en fin creo que toca ir bajando, voy a ver si me da tiempo a ver la Basílica con algo de sol.

Una vez Manu te has salido con el relato y las fotos. "Te doy mis dies" .

Decirte como curiosidad que esa zona me encanta y que hace años montamos una Nacional en ese famoso balneario de la Hermida.

Muchas gracias por alegrar una tarde dominguera.